Estamos en este hermoso planeta con el fin de evolucionar y eso implica un trabajo en equipo que debe ser tomado como algo serio. Es lamentable ver que en dos mil años de iluminación seguimos teniendo valores dicotómicos y tendencias narcisistas que nos llevan a la autodestrucción. Cuerpos photoshopeados que nos dicen cómo tenemos que lucir, a los que le dedicamos pajas en silencio, ubicándolos en un pedestal ofensivo para nuestra realidad. Los niños ven cuando alguien mira de manera extraña a otro por ser diferente, escuchan cuando su madre, padre o amiga dicen gorda de manera despectiva. Los niños asumen que eso está mal y comienzan a fundar valores totalmente irreales que definen su vida.
En una de mis clases hay una nena que siempre va vestida con ropa muy divertida, ¿saben lo que hace cada vez que hacemos ejercicios de caldeamiento? Se baja la remera para que no se le vea la panza. Ella es mas flaca de lo que yo era cuando tenía su edad -ocho años- y sin embargo tiene complejo con su fisico. Seguramente en diez años va a ocultar sus tobillos, su papada o lo que sea para poder sentirse segura.
En esos momentos es en los que me pregunto: ¿Cual de todos sus familiares o relativos será el que hace comentarios como “estoy gordo”, “está gordo” o “tengo que hacer dieta”? Frases tan innecesarias como esas le joden la vida a muchas personas, mientras enaltecen a otras que tienen la suerte o la maldición de no tener un gramo de grasa.
Aprendamos que la necesidad de bajar de peso debe estar supeditada a la salud y no a un grupo de personas que se sacan fotos y las enriquecen con filtros porque no tienen el valor de ser honestos consigo mismos. Trabajo en el medio del arte y estoy hasta las pelotas de vedettes que me piden que les achique los talones, la panza, el pupo, los cachetes o el agujero del culo para lucir mejor en las gráficas. Espero que mi alumnita no termine de esa manera.
Tomémonos unos días para pensar en que tipo de valores deseamos dejarle a nuestros hijos y luego actuemos en base a los mismos.
Yo por mi parte trato de evitar el uso de peyorativos y me pongo muy contento cuando veo que uno de mis alumnitos es auténtico consigo mismo y con la realidad que lo rodea, creo que aún hay gente con buenas intenciones en el mundo.
En una de mis clases hay una nena que siempre va vestida con ropa muy divertida, ¿saben lo que hace cada vez que hacemos ejercicios de caldeamiento? Se baja la remera para que no se le vea la panza. Ella es mas flaca de lo que yo era cuando tenía su edad -ocho años- y sin embargo tiene complejo con su fisico. Seguramente en diez años va a ocultar sus tobillos, su papada o lo que sea para poder sentirse segura.
En esos momentos es en los que me pregunto: ¿Cual de todos sus familiares o relativos será el que hace comentarios como “estoy gordo”, “está gordo” o “tengo que hacer dieta”? Frases tan innecesarias como esas le joden la vida a muchas personas, mientras enaltecen a otras que tienen la suerte o la maldición de no tener un gramo de grasa.
Aprendamos que la necesidad de bajar de peso debe estar supeditada a la salud y no a un grupo de personas que se sacan fotos y las enriquecen con filtros porque no tienen el valor de ser honestos consigo mismos. Trabajo en el medio del arte y estoy hasta las pelotas de vedettes que me piden que les achique los talones, la panza, el pupo, los cachetes o el agujero del culo para lucir mejor en las gráficas. Espero que mi alumnita no termine de esa manera.
Tomémonos unos días para pensar en que tipo de valores deseamos dejarle a nuestros hijos y luego actuemos en base a los mismos.
Yo por mi parte trato de evitar el uso de peyorativos y me pongo muy contento cuando veo que uno de mis alumnitos es auténtico consigo mismo y con la realidad que lo rodea, creo que aún hay gente con buenas intenciones en el mundo.
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